sábado, 15 de octubre de 2011

Ángel Guirado, del CE.Mataró a fenómeno social en Filipinas

Si hace unos años a Ángel Guirado le hubieran dicho que su rostro iba a salir en anuncios y portadas de revistas, o estampado en camisetas, que saldría en anuncios y que los medios deportivos le tratarían como sólo se trata a las estrellas, hubiera sonreído. Porque hace unos años Ángel Guirado sólo conocía la cara amarga del fútbol, la del fútbol de Segunda B y Tercera, la de los impagos, la de las promesas rotas.

Pero todo cambió esta primavera. En una charla por Facebook con su primo Rafa García surgió una oportunidad que sonaba a desesperada: contactar con la federación filipina de fútbol. Guirado, nacido en Málaga en 1984 de madre filipina, aceptó probar suerte en el fútbol del archipiélago. En España todo era precariedad y deudas. “La verdad –explica desde Manila- he sufrido bastante. Poder debutar en Primera y quedarte fuera por un tema económico… He pillado el peor momento del fútbol español”. Así que… ¿Por qué no intentarlo?

Resultó la mejor decisión de su vida.

Para Guirado, el fútbol español fue una constante mudanza. A los 18 años ya había dejado Málaga y destacaba en las filas del Mataró, un clásico de la Tercera División. Allí le hicieron jugar como central –a él, que es un interior derecho- y destacó lo suficiente como para que el Córdoba, de Segunda División, le echase el lazo. Con apenas 20 años, llegó a jugar nueve partidos en Segunda División en un equipo que acabó descendiendo. Del Córdoba salió al filial del Atlético de Madrid, y llegó a entrenar con el primer equipo. Un año después le fichaba el Deportivo de La Coruña, que le cedió, en una misma temporada, al Vecindario y al Lugo. Al año siguiente era el Levante B el que le fichaba, y a punto estuvo de debutar en Primera, pero los impagos y el problema con las fichas del club granota abortaron su oportunidad. Al término de la temporada 2007-08, Guirado, con apenas 23 años, había pasado por siete equipos en un lustro y había jugado en casi todas las posiciones –mediocentro, central, interior, lateral-.

Tras su salida del Levante, en 2008, Guirado volvió al futbol andaluz. Santa Eulalia, Estepona, El Palo y Ronda fueron sus destinos en el depauperado fútbol semiprofesional. Además de una experiencia, su paso por las categorías menores le dejaron deudas –algunos de sus ex equipos le deben dinero- y cierto hartazgo de fútbol.

Y entonces, sucedió Filipinas.

“Queda mal decirlo, pero aquí soy famoso”, dice con una sonrisa. Pero es cierto. El fútbol de Filipinas, con toda su modestia, pasa por el mejor momento de su historia. Próximamente, disputarán la Copa de Asia, lo que les permitirá luchar por una casi imposible participación en el Mundial de Brasil. Los Azkals –sobrenombre del combinado nacional- se han convertido en estrellas, y quizá Guirado es la más rutilante de todas. Y sí, es famoso en Filipinas. Porque es famoso quien es portada en las revistas especializadas. O el que hace anuncios de teléfonos móviles. O lo es quien tiene casi 8.000 seguidores en Twitter y más de 5.000 en Facebook.

Guirado ya ha disputado un buen puñado de partidos con la selección Filipina, y su decisión de seguir en las islas es firme –cuando la anunció, fue noticia de apertura de todos los programas deportivos-. Ha fichado por el Global, uno de los equipos punteros de allí, su camiseta con el dorsal 12 está entre las más cotizadas y es un pilar fundamental de la selección del alemán Michael Weib. Y también uno de sus máximos goleadores. Ahora juga de mediapunta, tiene libertad de movimientos y es feliz. Rotundamente feliz.

Aún así, desde la otra punta del globo, mira de reojo a España. Este ex jugador de más de diez equipos que disfruta con el sueño que todos tuvimos de niños sigue soñando. Y su meta es que el futbol español reconozca su mérito. Sin ser nadie, estuvo cerca de Primera. Ahora, al fin, ya es alguien. Sólo tiene 26 años. Y él no se cierra puertas: “Si Dios quiere y tengo suerte… ¿Por qué no?”.Font :Lavanguardia

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